1.Introducción

 1.1. Marco histórico y cultural

El Barroco se identifica con la cultura del siglo XVII. En esta época había un sentimiento de desconfianza en lo político, social y artístico, donde predominaba el pesimismo y el desengaño. El barroco supone el abandono definitivo de los ideales renacentistas, el final del optimismo racionalista y de la confianza en el ser humano y en la naturaleza. En España este movimiento coincide con la decadencia política y con la Contrarreforma.

Historia y sociedad

La decadencia política y social marca el siglo XVII y esta es la época de la monarquía absoluta, donde el rey tiene el poder supremo. La debilidad política y económica se había iniciado en el siglo anterior.

A lo largo del siglo, la decadencia hispánica se lleva totalmente a cabo con la perdida de territorios y el empobrecimiento general al mismo tiempo que comienza la superioridad francesa. Algunas causas de esta crisis son la elevación del nivel de los precios, el descenso demográfico, las emigraciones a América y la aparición de pestes.

En esta sociedad convivía la gran miseria, que provoco grandes problemas con el lujo, que se apreciaba con las grandes fiestas cortesanas, celebraciones religiosas y representaciones teatrales. En conclusión es un periodo de empobrecimiento, emigraciones del campo a la ciudad y de subidas de impuestos, pero además de esto también aumentaron los títulos nobiliarios.

Cultura

La cultura del barroco es brillante, recargada y variada. El clima que provoca la crisis social da un aire de pesimismo.

-         En este siglo se remarca el alejamiento del ideal humanista.

-         Los contrastes sociales de pobreza y riqueza tienen su relación con el mundo cultural. En el Barroco convive el idealismo embellecedor, con un realismo descarnado. En la cultura escrita aumenta el número de lectores.

Las meninas (1656), de Diego Velázquez, Museo del Prado, Madrid.

1.2.  Características del Barroco 

Las manifestaciones artísticas consideradas barrocas fueron producidas en el siglo XVII.

La característica principal de estilo barroco es la tensión dualista entre el espíritu y la materia, el cielo y la tierra, la razón y la emoción, y el cientificismo y la religión. El conflicto de ideas es resultado de la herencia de los avances científicos y la estructura ideológica del Renacimiento y la reacción de la Iglesia Católica con la Contrarreforma tras la celebración del Concilio de Trento.

En la literatura, la tensión se manifiesta por una mayor utilización de las características estilísticas. Antítesis, inversiones, metáforas, juego de palabras, hipérboles y el sentido de la oscuridad se cultivaron por muchos autores de la época, entre los que destaca el poeta español Luis de Góngora cuyo estilo propio es conocido como gongorismo.
Las obras que distinguen a la época son estilísticamente complejas, incluso contradictorias.

1.3. Tendencias literarias del Barroco:  

La diferencia del barroco, con respecto al renacimiento, radica en el enfoque de los temas y el uso intensivo de los recursos estilísticos. El barroco rompe con las reglas renacentistas y crea una literatura artificiosa y difícil con fin de impresionar al lector.

 Hay dos tendencias:

1.1.1. El conceptismo

Profundiza en el sentido de las palabras, da preferencia a las ideas con el fin de impresionar la inteligencia o el deseo de decir mucho con pocas palabras. Los recursos que predominan son el uso frecuente de metáforas para impresionar la inteligencia, juegos de palabras, tienen un estilo breve y conciso y hay antítesis de palabras, frases o ideas. Quevedo y Gracián son los escritores más claramente conceptistas.

Francisco de Quevedo y Villegas

Baltasar Gracián

1.1.1. Culteranismo

Cultiva la forma de las palabras dejando en un segundo plano su contenido y pretende crear un mundo de belleza. Utilizan diferentes recursos, el abuso de la metáfora para crear un mundo de belleza absoluta, uso frecuente de cultismos, abuso del hipérbaton y uso de palabras parónimas. Góngora fue muy importante.

Luís de Góngora y Argote